Venezuela: represión y muerte

Ramón Parellada C. / Empresario, catedrático universitario y director del Centro de Estudio Económico-Sociales (CEES). / rpc@cees.org.gt

Publicado: Guatemala, 8 de agosto del 2024

¿Cómo ha intentado Maduro silenciar a los ciudadanos? Ramón Parellada examina los mecanismos represivos del régimen venezolano. Parellada expone cómo los políticos de izquierda proclaman defender la democracia, pero guardan silencio ante el fraude cometido por uno de sus camaradas.

No me cabe la menor duda de que Maduro es un asesino apoyado por sus cómplices que controlan el ejército y asesorados por la inteligencia cubana.  Tampoco era de extrañar que cometieran fraude, pero lo sorprendente es que fuera tan evidente a tal punto que hasta sus amigos de Colombia, México y Brasil lo han cuestionado.  Sin embargo, a la hora de afirmar que hubo fraude se volvieron timoratos.  Simplemente están en el limbo.  De Honduras, Nicaragua y Bolivia, nada que decir, son unos vendidos que se llenan la boca al hablar de democracia pero que aceptan regímenes dictatoriales a pesar de lo evidente del fraude que Maduro y sus compinches descaradamente han cometido.

Lo que ahora está ocurriendo es que el ejército de Venezuela es quien gobierna y Maduro es la cara de ese régimen dictatorial.  La represión no se hizo esperar para callar a todos los oponentes.  La ONG Provea indicó que hasta hace dos días había ya 24 muertos por parte de la brutal represión que el gobierno ha emprendido contra los manifestantes.  Más de 2,000 muertos, según se lee en las redes sociales, pero hay que corroborarlo. Maduro ya pidió hacer dos cárceles más de máxima seguridad.  Es ridículo el discurso de Maduro y sus cómplices.  Me refiero así porque son unos delincuentes con poder.  Si no tuvieran las armas y el poder, en este momento estarían trabajando para hacer la transición al nuevo gobierno.  Pero no es la primera vez que cometen fraude, aunque esta vez fue tan descarado que ni sus propios aliados se lo creen.  Quienes lo reconocieron saben que no es así.

Temo por los líderes de la oposición, como la valiente María Corina Machado, que ha llenado de ilusión y expectativas de libertad al pueblo Venezolano pero se ha convertido en un peligro para el régimen corrupto y asesino de Maduro.  Hace dos días apresaron a una de sus principales colaboradoras y líder de la región de Portuguesa, María Oropeza.  Simplemente la secuestraron.  Machado se refiere a ella así: “Una joven extraordinariamente valiente, inteligente y generosa de Portuguesa. Es la Coordinadora del @ConVzlaComando en Portuguesa y ha hecho un trabajo extraordinario uniendo y organizando a los ciudadanos de su estado. El régimen acaba de llevársela por la fuerza y no sabemos dónde se encuentra. ¡La secuestraron! ¡Le pido a todos, dentro y fuera de Venezuela, que exijamos su libertad inmediata!”  Así, poco a poco, van neutralizando con las armas y la fuerza a toda la oposición.

Maduro,  en sus discursos, al igual que Vladimir Padrino y Diosdado Cabello se han inventado una cantidad de cuentos defendiendo el fraude como si ellos hubieran sido en realidad los ganadores y acusando a los líderes de la oposición de terroristas, fascistas, pagados por el imperio “yankee”, etc…  Un sinsentido de mentiras que ni ellos mismos se creen pero que es parte de la maquinaria publicitaria asesorada por la inteligencia cubana.  Lo que buscan es acabar con toda la oposición y mantener el poder.  No van a entregar el poder.  Tienen la fuerza, las armas, y a menos que ocurra una rebelión desde las mismas fuerzas armadas, no veo una posibilidad de cambio de poder y una vuelta a la libertad.

Los socialistas y los políticos izquierdistas se llenan la boca defendiendo la democracia como si fuera el fin último a defender, pero a la hora que uno de sus camaradas comete fraude callan y no dan la cara. Venezuela debe recuperar su libertad, al igual que Cuba, Nicaragua y los que van en camino similar. Y cada gobierno debe respetar la integridad de sus ciudadanos; es decir, sus derechos fundamentales a la vida, la libertad y la propiedad.

¡Viva Venezuela Libre!