Publicado: Guatemala, 27 de septiembre del 2024
¿Defiende la ONU los derechos humanos? Jorge Jacobs comparte las palabras de Javier Milei en la Asamblea General de las Naciones Unidas, exponiendo cómo esta organización, nacida para salvaguardar la libertad y la dignidad humana, ha perdido su rumbo.
“La organización de Naciones Unidas nace del horror de la guerra más cruenta de la historia global con el objetivo principal de que nunca volviera a ocurrir. Para eso la organización grabó en piedra sus principios fundamentales, en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Ahí se consignó un acuerdo básico, en torno a una máxima: que todos los seres humanos nacen libres e iguales, en dignidad y derechos”.
“Bajo la tutela de esta organización y la adopción de estas ideas… la humanidad vivió el período de paz global, más largo de la historia, que coincidió con el período de mayor crecimiento económico de la historia… Porque donde entra el comercio, no entran las balas —decía Bastiat— porque el comercio garantiza la paz, la libertad garantiza el comercio y la igualdad ante la ley garantiza la libertad…
“Ahora bien —en algún momento— y como suele ocurrir con la mayoría de las estructuras burocráticas que los hombres creamos, esta organización dejó de velar por los principios esbozados en su declaración fundante y comenzó a mutar. Una organización que había sido pensada como un escudo para proteger el Reino de los Hombres, se transformó en un Leviatán de múltiples tentáculos, que pretende decidir no sólo qué debe hacer cada Estado-Nación, sino también cómo deben vivir todos los ciudadanos del mundo…
“El modelo de Naciones Unidas, que había sido exitoso… ha sido abandonado; ha sido reemplazado por un modelo de gobierno supranacional de burócratas internacionales, que pretenden imponerles a los ciudadanos del mundo un modo de vida determinado…
“La Agenda 2030, aunque bien intencionada en sus metas, no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional, de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados Nación y violentan el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas…
“En esta misma casa que dice defender los derechos humanos, han permitido el ingreso, al Consejo de Derechos Humanos, a dictaduras sangrientas como la de Cuba y Venezuela, sin el más mínimo reproche. En esta misma casa que dice defender los derechos de las mujeres, permiten el ingreso, al Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, a países que castigan a sus mujeres por mostrar la piel. En esta misma casa —sistemáticamente— se ha votado en contra del Estado de Israel, que es el único país de Medio Oriente, que defiende la democracia liberal, mientras se ha demostrado —en simultáneo— una incapacidad total de responder al flagelo del terrorismo… Tampoco ha ayudado el tutelaje del Foro Económico Mundial, donde se promueven políticas ridículas con anteojeras maltusianas… que dañan, sobre todo, a los países pobres…
“Por eso, quiero hacer una advertencia: estamos ante un fin de ciclo. El colectivismo y el postureo moral, de la agenda woke, se han chocado con la realidad y ya no tienen soluciones creíbles para ofrecer a los problemas reales del mundo. De hecho, nunca las tuvieron… Nosotros ya hemos visto con nuestros propios ojos lo que hay al final de este camino de envidia y pasiones tristes: pobreza, embrutecimiento, anarquía y una ausencia fatal de libertad. Todavía estamos a tiempo de apartarnos de ese rumbo…
“Creemos en la defensa de la vida de todos; creemos en la defensa de la propiedad de todos; creemos en la libertad de expresión para todos; creemos en la libertad de culto para todos; creemos en la libertad de comercio para todos y creemos en los gobiernos limitados, todos ellos…
“A partir de este día, sepan que, la República Argentina, va a abandonar la posición de neutralidad histórica que nos caracterizó y va a estar a la vanguardia de la lucha en defensa de la libertad. Porque —como decía Thomas Paine— ‘aquellos que desean cosechar las bendiciones de la libertad deben -como hombres- soportar la fatiga de defenderla’. ¡Viva la libertad, carajo!”.