Publicado: Guatemala, 18 de octubre del 2024
¿Qué nos deparan las nuevas cortes? Jorge Jacobs analiza la reciente elección de magistrados en Guatemala. Jacobs explica cómo las negociaciones tras bambalinas y los inesperados acuerdos entre los distintos partidos políticos han marcado este proceso.
Este domingo 13 de octubre, como lo manda la Constitución, tomaron posesión los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia —CSJ— y los de las Cortes de Apelaciones —CA—. El proceso para llegar a ese momento fue muy accidentado, pero lo más importante es que se cumplió con el plazo constitucional. La pregunta del millón es ¿qué pasará ahora con el Organismo Judicial—OJ—? Pero no menos relevante es lo que pasó en el Congreso y sus repercusiones.
La sesión del Congreso en la que se eligió a los magistrados de la CSJ fue bastante inusual, ya que solo hubo un diputado que no asistió al pleno. Después de la sesión de toma de posesión, esta ha de ser a la que más diputados asistieron. Todavía más inusual es que haya habido uno de los candidatos por el que votaron todos los diputados presentes. Y para completar lo inusual, la mayoría de los magistrados fue electa con la aprobación de todas las bancadas, incluyendo a los diputados oficialistas.
Entre 7 y 9 de los 13 nuevos magistrados fueron electos con el apoyo total de los diputados del Movimiento Semilla —MS—. Aunque se opusieron a los otros cuatro y no lograron que sus tres magistrados de su preferencia fueran electos, lo cierto es que están en un serio predicamento, ya que ahora no podrán acusar a la CSJ de ser parte del “pacto de corruptos”, porque eso automáticamente los convierte a ellos en parte del supuesto pacto, puesto que ellos los eligieron. La elección de los magistrados de las CA fue bastante similar y también la mayoría de los electos contaron con el apoyo de casi todas las bancadas.
Todo ello denota que sí hubo negociaciones tras bambalinas para escoger a los magistrados. Lo que no sabemos a ciencia cierta es qué fue lo negociado, aunque el tiempo seguramente lo revelará. De entrada, vimos cómo esta semana se aprobó un par de préstamos por casi USD 260 millones con una cantidad bastante grande de votos, y ya hay en la cola otro par de préstamos por casi USD 300 millones para aprobarse la semana entrante. Nada mal. Más de Q4 mil millones a cambio de los votos para los magistrados.
Pero la cosa seguramente no terminará allí. Faltan todavía 2 temas prioritarios en la agenda del Congreso: la elección de la Junta Directiva y la aprobación del presupuesto. Me temo que las negociaciones de una vez hayan incluido estos rubros y que pronto veamos cómo, una vez más, en el Congreso prevalece una sospechosa “unidad” como pocas veces la habíamos visto, no en beneficios de los guatemaltecos, sino de quién sabe qué intereses.
Lo que nos lleva de regreso al OJ. No conozco personalmente a ninguno de los magistrados —que yo sepa—, lo que por lo visto comparto con la mayoría de los guatemaltecos, ya que hasta abogados con bastantes años de litigar en las cortes me dicen que no conocen a la mayoría. ¿Son correctos o corruptos? ¿Van a defender la justicia o los intereses de quienes los llevaron al puesto? ¿Se limpiará en algo el OJ o seguiremos teniendo jueces y magistrados que se venden al mejor postor? Solo el tiempo lo dirá.
De entrada, esta nueva CSJ ni siquiera se ha podido poner de acuerdo en a quién poner de presidente. Supuestamente, el magistrado Lucero tenía los votos suficientes para ser electo, pero aparentemente a más de alguno de los otros magistrados no les gustó su cercanía con el “oficialismo” y al final no lo apoyaron. ¿Se pondrán de acuerdo aunque sea en a quién nombrar de presidente?
Por el momento, el resultado más importante que nos ha dejado este proceso, aparte de que se respetó los tiempos constitucionales, es la facilidad con que los diputados pueden “entregar” sus votos, a cambio del objetivo adecuado.